Escrito por: Dariana Guzman

Durante las primeras semanas de su segunda presidencia en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump se encuentra firmando varias órdenes ejecutivas. Entre estas se incluyen la imposición de aranceles a México, Canadá, y China, hasta la retirada de los Estados Unidos de varias organizaciones de las Naciones Unidas.
Trump tiene como objetivo anular las políticas impuestas por su predecesor y cumplir algunas de sus muchas promesas de campaña.
Sin embargo, esto ha provocado que surjan tensiones cuando la administración Trump ha expresado su postura de apoyar al estado de Israel ante la crisis que se produjo en el Oriente Medio.
En noviembre, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto en contra del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, su ex ministro de Defensa, y el jefe militar de Hamas, acusándolos de crímenes contra la humanidad en relación con la guerra en Gaza.
Es importante notar que Estados Unidos no es miembro de la CPI. Considerando que el país ha estado involucrado en varios conflictos desde la creación del tribunal con la creación del Estatuto de Roma en 1998, se ha abstenido de ser miembro para evitar que el tribunal sea utilizado para procesar a estadounidenses.
Israel tampoco es miembro.
Ahora, Donald Trump firmó una orden ejecutiva en donde impone sanciones contra la Corte Penal Internacional, escribiendo que EE.UU.:
“...se oponen inequívocamente y esperan que sus aliados también se opongan a cualquier acción de la CPI contra los Estados Unidos, Israel o cualquier otro aliado de los Estados Unidos que no haya consentido la jurisdicción de la CPI”.
Continúan, afirmando que los Estados Unidos, “...siguen comprometidos con la rendición de cuentas y con el cultivo pacífico del orden internacional, pero la CPI y los Estados parte del Estatuto de Roma deben respetar las decisiones de los Estados Unidos y de otros países de no someter a su personal a la jurisdicción de la CPI, en consonancia con sus respectivas prerrogativas soberanas”.
Las sanciones, en general, van a servir el propósito de imponer “consecuencias tangibles y significativas” a los responsables de las “transgresiones” de la CPI.
En respuesta, la CPI declaró que condena las acciones por parte de EE.UU., y que continuará brindando justicia y esperanza a víctimas inocentes de atrocidades masivas, en todas las situaciones.
Partidarios y miembros de la CPI demostraron su apoyo, emitiendo una declaración en la que reafirman "nuestro apoyo continuo e inquebrantable a la independencia, imparcialidad e integridad de la CPI”. Agregan que “La Corte sirve como un pilar vital del sistema de justicia internacional al garantizar la rendición de cuentas por los crímenes internacionales más graves y la justicia para las víctimas”.
No obstante, el presidente Donald Trump y su administración continúan haciendo negociaciones en el Oriente Medio con el apoyo de Netanyahu, incluyendo su propuesta de apoderarse de la Franja de Gaza y reubicar a palestinos para crear “la Riviera de Oriente Medio".
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